JOE CREPÚSCULO

Joël Iriarte Parra nació y creció en Sant Joan Despí, pocos kilómetros al sur de Barcelona. Pero desde que se transformó en Joe Crepúsculo ha ido cambiando de residencia: del centro barcelonés a Palma de Mallorca y Madrid.

Debutó el solitario justo el año en que el mundo embarrancaba, mientras la caída de Lehman Brothers iniciaba un desastre que aún colea. Meses antes de la efeméride debutaba de tapadillo con ‘Escuela de zebras’ y, solo semanas después, asombraba en la escena más cool con otro disco: ‘Supercrepus’. Por cierto, concluyendo ese mismo año se estrenaría la primera película de la saga ‘Crepúsculo’.

No es un pájaro, no es un avión… Es Supercrepus. Como venido de otro planeta, a 10 mil kilómetros luz, y transformando su resplandeciente talento en todo un superpoder. No es indie ni tampoco mainstream. No es uno más de ninguna corriente. No se le puede etiquetar en ningún género más que el suyo propio; aunque toque todo tipo de teclas….Tan ingente y plena de sorpresas es su obra que parece abarcar mucho más que una década. Compositor y productor incesante, al que la inspiración pareciera llegarle respirando; con un sinfín de pegadizos estribillos sobre ritmos y sonidos tan arqueológicos como futuristas.

Si tuviésemos que reglar su directo en diez sagrados mandamientos, todos también se resumirían en uno: quemar las naves y actuar cada noche como si fuera la última. Con esa estampa que tiene tanto de suburbial teddy boy como de gurú dance de Ibiza; donde podría presidir perfectamente un templo alternativo. Icono impar donde los haya. Carismático trovador techno que convierte sus conciertos en verbenas de encendidos sentimientos, enloquecidas celebraciones.

(Luis Troquel)