Foto: Alfredo Arias
LA BIEN QUERIDA

Después de haber firmado aquella trilogía que fue “Premeditación, Nocturnidad y Alevosía” y de su último trabajo, “Fuego”, no debería extrañarnos que el sexto álbum en la carrera de Ana Fernández-Villaverde se llame “Brujería”. Pero el juego de espejos es radical. Porque “Brujería” es probablemente el disco en el que más abierta y claramente habla de sentimientos, donde las canciones tocan el misterio tangencialmente para entrar profundamente en la lírica y la épica. Un álbum sobre el amor, descarnado y a flor de piel, sin metáforas como a ella le gusta. Oscuro y luminoso en el que cada canción se encadena irremediablemente con la siguiente.

“El amor y el hecho de enamorarse de algo o alguien tiene mucho de brujería. Cuando nos enamoramos nos sentimos hechizados por el objeto de nuestro amor. El efecto es similar a una droga altamente adictiva, crea fuertes vínculos en nuestras mentes entre el placer y eso que deseamos” dice Ana. Títulos como “La Verdad”, “¿Qué?”, “Te Quiero”, “La Fuerza” o “Miedo” ponen en evidencia este concepto directo e impactante, que resulta desafiante por momentos.